sexta-feira, 30 de novembro de 2012

Reflexión acerca de la clase del día 29/11

Ayer, por la noche, impartí mi última clase en el grupo, ocurrió la evaluación final y ahora, sólo me resta la conmemoración semana que viene y la despedida. Como ocurrió  la semana pasada, no habían más profesores para impartir clases en la escuela, entonces Profa. Varlene solicitó que cada una de nosotras fuese a un grupo y así lo hicimos. Eso me pareció positivo porque nosotras hicimos evaluaciones en nuestros grupos y tal vez muchas personas intentando aplicar la actividad les perjudicarían al revés de ayudar.
Cuando entré en el salón de clase, los alumnos me esperaban ansiosos y nerviosos a causa de la propuesta. La primera cosa que les dije es que conmigo todos era alumnos nota diez, pues participaron siempre de todas mis propuestas a lo largo del año y por una actividad final yo no iba a les perjudicar. También les dije, que la evaluación sirve para verificar el conocimiento de los alumnos acerca del contenido, hasta para que yo pueda reflexionar sobre mi actuación. Como yo ya esperaba, hice la lectura y les expliqué las actividades y en, más o menos, veinte minutos el examen estaba concluido. Mientras algunos alumnos lo finalizaban, yo hacia la corrección y al final pude percibir que la mayoría de los alumnos acertó casi todas las cuestiones, algunos inclusive acertaron todas. De pronto, me puse muy contenta y sentí nuevamente la sensación de tarea cumplida. Otra cosa que me dejó muy feliz y que ocurrió la clase pasada, pero me olvidé de compartirles, es que Profa. Débora, la titular del grupo, cuando observó el repaso que hice con los alumnos se sorprendió con la facilidad y ligereza que ellos me contestaban las cuestiones y dijo que, probablemente, el año que viene ellos estarán muy preparados para la próxima totalidad. Ese momento fue maravilloso, me puse a pensar, además de los momentos agradables que pasé juntamente con los alumnos y las profesoras que la práctica me proporcionó, descubrir que cumplí mi tarea de profesora con cualidad, no tiene precio, son cosas que llevamos para toda la vida.
Al final de clase, solicité a los alumnos que hiciesen una evaluación acerca de mis clases de español, pero para eso yo había preparado unos titulares acerca de mi metodología, de los exámenes que aplico, del tratamiento que tengo con los alumnos, de mi personalidad en clase, de los recuerdos que vivimos juntos, entre otros. También les pedí que no firmasen la hoja y que fuesen sinceros, pues yo no iba a saber quien la escribió. En la verdad, aún no tuvo tiempo de leer sus opiniones, pero por lo que leí ligeramente las respuestas fueron muy positivas, Semana que viene comparto todo con más detalles.
Para finalizar, les digo que ahora sólo me resta conmemorar semana que viene, tanto con los alumnos como con las profesoras y funcionarios de la escuela. Y ya estoy sintiendo la falta de las personas que crié los lazos de amistad.

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